Allí, en el centro del dolor
está el sol oscuro
que me cubre.
La sombra de tu cuerpo
debajo de las hojas que
se irán a ningún lugar.
Mi voz llamando a nadie.
Los árboles llorando sus amarillas
muertes sobre las veredas
y el otoño cansado
de venir hasta mi puerta.
Allí está lo lejano,
allí está mi asombro,
mi desnuda mirada pegada
en la ventana.
escrito en 2001