se mira en un espejo roto
Nunca tuvo otra cosa en que mirarse
mas que cacerolas y charcos,
turbias superficies, que le devuleven
una gastada y triste luz.
Una mujer camina el viejo sendero
del destierro, hacia los años de la infancia,
hacia la vejez.
Una mujer transitará, en silencio, oscuras calles
para llegar a su propia morada.
Una mujer no encuentra nunca la salida
solo busca un poco de aire fresco en la mañana
y se queda, entre hilos delgados, atrapada
soñando con un gran ojo de agua limpia
que le devuleva el gesto que le robaron.
agosto 2006.-