jueves, agosto 27, 2009

De regreso

El sol baja como un globo encendido sobre un mar de autos.
Es un atardecer absurdo, tan absurdo como que vos te quedes en el andén con esos enormes ojos de lunas viéndome partir.
Intento ver, por última vez, tu cuerpo empequeñecido por la distancia.
Estas inmóvil allí esperando que levante la mano para decirte adiós.
Parecés una nena perdida que espera a su mamá.
Guardo el calor de tu boca que ahora es más caliente por el llanto.
El guarda me pregunta a dónde voy.
Yo lo miró y le digo a ninguna parte, sin ella no hay a dónde ir.

Sola

Estoy destendiendo la cama. Las sábanas flotan en medio de la habitación.
Pedazos tuyos y míos caen al suelo, pedazos de la noche que pasó, entre besos y caricias, se estrellaron y se perdieron en los dibujos de los mosaicos. Un caleidoscopio yace ahora en el piso que no me atrevo a pisar.
Pienso en cómo voy a transitar esta noche sin vos. Mis pechos estarán perdidos sin la brújula de tu lengua. Mis manos buscarán el territorio de tu espalda. La cañada en la que me pierdo es ahora un tibio recuerdo entre mis labios. Voy a morir de sed sin el agua de tu vertiente.
Esta noche nuestra cama será un desierto y tendré que mantenerme alerta contra las bestias que rondan en la oscuridad. Tendré que andar en silencio y despacio por el territorio de tu ausencia. Llevaré como amuleto los besos que dejaste entre mis piernas y el recuerdo de tu mirada para llegar viva al alba.

lunes, junio 29, 2009

Poesia

Tu lado de la cama guarda el vacío del universo,
agujeros negros esconden el tiempo en que tus besos desdibujaban los relojes.
Todas las constelaciones durmieron a mi lado y eso no significa nada.
No significa nada la mañana si vos no la nombras, ni significa nada la lluvia sobre las hojas muertas, no significo nada yo que siempre fui una sombra sin nombre y sin patria.
El día es largo y triste como las vías, los trenes y las estaciones que se suceden sin que estés en ellas.
No hay espejo que pueda decirme quien soy.
Tendré que entender esta ausencia como he entendido a la oscuridad.
Tendré que borrar de mi boca las palabras que te nombran y te construyen dentro de mí.

domingo, junio 21, 2009

Mientras te esperaba

Yo anduve por la noche
buscando raíces y lunas.
La oscuridad se hizo piel
la piel se hizo cuerpo.
En la noche yo supe
que tu boca me esperaba
aún así nunca te nombre.
Nombre las piedras del camino
que me acercaban a vos.
Nombre las hojas de los arboles
que me escondían de tu cuerpo.
Nombré el agua
que fluía entre mis piernas
mientras te pensaba en silencio
metida en ese hueco de rocas
que cantaban el día
que yo soñaba mientras
era de noche

Gal

giros

Paso el día como quien pasa un puente

Un río profundo y oscuro murmura

con tu voz debajo de mis pies.

El río tiene peces del color de tus labios.

Tiene ondas con la forma de tus pechos.

No sabe que mis ojos te buscan en su cuerpo.

Giro por los días que pesan como

el cuerpo de una mosca muerta

sobre una montaña de azúcar.

Sorda ante tu ausencia leo en mis labios

tus últimos besos.

No, mejor no hablar de ciertas cosas

"...Una mujer, una mujer atrás, una mujer atrás de un vidrio empañado..."



Una mujer empaña el vidrio
cubierta en sudor
desnuda, feliz, entera.

Una mujer empaña los ojos
de la mujer desnuda
detrás del vidrio,

Por senderos nuevos
de la mano
caminan hacia la paz.

Constelaciones enteras
duermen en sus pechos.

Una mujer jadea, empaña el vidrio.

Otra mujer murmura deseos de miel

Los vientres de las mujeres
humedecen la noche
ríos mansos
cantan entre piernas

Cuerpos desnudos
tejen mantos
con lilas y azahares

Una mujer jadea
detrás del vidrio empañado.
Una mujer lame la piel
de la mujer que empaña el vidrio.

Gritan, gimen, ríen
No habrá más silencios
Habrá rocío y mujeres
jadeando sobre la hierba

Una mujer sonríe
dentro de la boca de otra mujer

Una mujer detrás del vidrio empañado
guarda en su lengua para siempre
El nombre de la mujer
que le hizo empañar el vidrio.

Gal

Cantora nocturna

de Extracción de la piedra de locura

" La que murió de su vestido azul está cantando.
Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad.
Adentro de su canción hay un vestido azul,
hay un caballo blanco, hay un corazón verde
tatuado con los ecos de los latidos de su corazón muerto.
Expuesta a todas las perdiciones,
ella canta junto a una niña extraviada
que es ella: su amuleto de la buena suerte.
Y a pesar de la niebla verde en los labios
y del frío gris en los ojos,
su voz corroe la distancia que se abre
entre la sed y la mano que busca el vaso.
Ella canta. "

Alejandra Pizarnik


Si no estuviera sentada aquí
Estaría buscando del otro lado del espejo
una imagen desconocida para mis labios.
Si no fuera esta muerta tan triste y sola
sería esa mujer que pasa con panes fragantes
rumbo al encuentro de su estúpida vida.
Si no fuera yo la que teme al dolor de ser tan nítida
Seria yo, la que abrumada, pretende no ser nadie más.

Gal