“...No hace falta permiso para rodar desnudos por el piso,
como dos sordomudos, sin otro paraíso
que el que mi lengua invoca a las puertas del cielo de tu boca..”
como dos sordomudos, sin otro paraíso
que el que mi lengua invoca a las puertas del cielo de tu boca..”
Joaquín Sabina.
Desnudas, rozamos el cielo de las que no saben a donde queda el infierno.
Nuestras lenguas no dejaron de humedecer cada rincón de nuestros cuerpos.
Inventamos el lenguaje de las que no tienen nombre, de las que se ocultan para amar, cantamos canciones de agua sobre nuestras pieles.
A nadie pedimos permiso para recorrer de norte a sur estas tierras, siempre prohibidas y siempre nuestras
Nada puede poner límites a los ríos cristalinos de nuestra ansiedad.
No hay palabra que detenga este designio.
Desnudas, rozamos el cielo de las que no saben a donde queda el infierno.
Nuestras lenguas no dejaron de humedecer cada rincón de nuestros cuerpos.
Inventamos el lenguaje de las que no tienen nombre, de las que se ocultan para amar, cantamos canciones de agua sobre nuestras pieles.
A nadie pedimos permiso para recorrer de norte a sur estas tierras, siempre prohibidas y siempre nuestras
Nada puede poner límites a los ríos cristalinos de nuestra ansiedad.
No hay palabra que detenga este designio.
escrito 2004
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