“…Cerrame el ventanal que arrastra el sol su lento caracol de sueños…”
catulo castillo
Yo creía que el mar dormía dentro de una enorme caracola.
Mi abuela, con esas manos que saben acariciar nietas pero que no pudieron acariciar hijas, ponía en mi pequeña oreja curiosa, la suave caracola que cantaba como el mar.
Yo creía que el mar estaba oculto en uno de esos rincones de nácar, que parte de su inmenso cuerpo, venía en esa rosa caracola para estar conmigo.
Yo creía que los relojes sabían por qué lugar del cielo transitaba el sol, entonces daban las horas exactas, horas de jugar a dar miles de vueltas y caer sobre la hierba a esperar que el mundo se detuviera.
Yo creía que el sol dormía sobre la línea del horizonte, entonces yo corría por el interminable camino, para tocarlo antes que la noche lo tragara y me dejara a solas, en la oscuridad, donde habitaban los fantasmas de dolor.
escrito enero 2006.
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