jueves, mayo 04, 2006

El dolor de la infancia


El ángel de la guarda, que cuida a las niñas y a los niños de todos los males, no rondaba por mi barrio el día en que, un oscuro hombre, con manos obscenas quebró, como una paloma de cristal, mis sueños pequeños.
Los únicos ángeles que recuerdo son los que adornaban, en vano, las tumbas de los cementerios fríos y absurdos. Tristes y regordetes niños con alas llorando entre la pudrición.
El ángel de la guarda no atinaba a pasar por la vereda en donde mi inocencia se reflejaba en aguas del sanjón.
¿Dónde estaban los ángeles y Dios cuando mis manos chiquitas no alcanzaban la puerta para escapar?

8 comentarios:

Hipólipo de Siracusa dijo...

*

El día en que me vendieron
fue el día que mi Dios murió.

¿Cómo se recupera la confianza?
¿Cómo se recupera la esperanza?

No tengo familia

desconozco mi edad

mi hogar es cualquier lugar
donde pueda sentirme segura
una cama limpia y una comida caliente

sin golpes

ni insultos

ni vejámenes.

A veces
la vida te pone pruebas

a veces
la vida misma es una prueba
- en la que puedes apreciar
tu resistencia a la opresión
y calcular la dosis exacta de tu libertad -.

El día en que me vendieron
fue el día que mi Dios murió.

Esos hombres
traen una suciedad
que cala los huesos

Hay tanta miseria
en esa mirada indiferente
que concentra en su pupila
un egoísmo indefinible.

Ellos no se cansan
porque para ellos
nunca es suficiente.

El día en que me vendieron
fue el día que mi Dios murió.

Somos de un valor inapreciable

La esclavitud es una servidumbre humana
que aún existe en esta tierra

a pesar de las leyes y gobiernos
a pesar de Dios y de los hombres.

¿Podré sentirme libre alguna vez?

¿Podré encontrar
en algún trozo de mi corazón
un lugar intacto
algún lugar que me pertenezca tan sólo a mí?

El día en que me vendieron
fue el día que mi Dios murió.

Todas se han negado al comienzo
pero nadie puede resistir
día tras día

los golpes y los insultos

la privación de la comida

una violación que se repite
hasta que el cuerpo se canse
hasta que no haya resistencia

entonces un día
que saben que ha de llegar
o cedes
o mueres
y junto con ceder
llega la resignación y el sometimiento.

El día en que me vendieron
fue el día que mi Dios murió.

Temo que no sólo
hayan rasgado mis ropas
sino también mi alma.

¿Dónde existirá un lugar
para purificar el corazón
y el cuerpo que lo encierra?

No hay agua que lave
tanta suciedad y dolor

Mi corta infancia
como crisálida que se hace mosca
antes de tiempo y por equivocación
es un rinconcito en mi memoria.

Espero que nuestros hijos
los suyos y los míos
nazcan con una esperanza infinita
con una fuerza de vivir inacabable

Espero que el corazón de nuestros hijos
el de los suyos y los míos
se guarden de apagarse y disolverse
en la miseria del egoísmo humano.

El día en que me vendieron
fue el día que mi Dios murió.

* Escrito en nombre de todas aquellas mujeres y aquellos niños que día a día son vendidos en el mundo para el comercio sexual.

Saludos desde Chile... Gracias por visitar mi sitio. ¿Qué relación tiene tu poema con tu infancia?

Gal dijo...

La infancia es un lugar de sufrimiento, desde el momento que un ser indefenso depende de un adulto, no hay opciónes. El dolor de todas la niñas, niños y mujeres vejadas son mi dolor y el abuso se presenta de miles de formas a cada instante.

Hipólipo de Siracusa dijo...

Es cierto... el recién nacido está prácticamente a la merced de lo que serán sus padres y sus entornos...

Te dejo un texto muy bueno que da una idea de las condiciones optimas en que un ser humano debería ser traído al mundo.

http://www.psicodinamicajlc.com/articulos/001.html

Saludos, mis mejores deseos.

Anónimo dijo...

Gal, la infancia NO DEBE ser NI ES un lugar de sufrimiento sino un lugar de alegría, juegos, inocencia y felicidad para la inmensa mayoría de los niños. Malditos todos aquellos que destrozan la pureza y el gozo inocente de las criaturas. Hay que ir contra ellos y desenmascararlos sean quienes sean (con esto quiero decir, más allá o más acá de que sean o no miembros de tu familia). Un hombre capaz de tan indigna acción merece su castigo. Perdoname, pero estas cosas me exasperan! y pienso en las mentes enfermas capaces de abusarse de la ingenuidad de las criaturas que no tienen poder de decisión.
En el libro de A. Jodorowsky que estoy leyendo él dice (aunque refiriéndose a otros temas):
"Si Dios no está aquí, no está en ninguna parte; este instante mismo es la perfección".
Ojalá esté Dios ahora en tu camino.
Un beso!

Anónimo dijo...

vamos.. la infancia puede ser cualquier cosa..

Si nos deja una poesia... entonces.... tengamos la certeza que ha dejado una marca para siempre no solo en la adultez, sino en el mundo.

Gal dijo...

Será que este es un mundo de niños y niñas herido/as jugando a crecer.

La poesía me salva.
Las palabras me sostienen.

Gracias por los comentarios.

Anónimo dijo...

gal cuánto lo siento, pero viendo tus trabajos la vida te compensó con talento maravilloso que sabés aprovechar, salen las lágrimas de mí por tu dolor eterno.

Gal dijo...

GRacias Silvi por tu comentario, tarde, pero lo he visto! Saludos!