El sol baja como un globo encendido sobre un mar de autos.
Es un atardecer absurdo, tan absurdo como que vos te quedes en el andén con esos enormes ojos de lunas viéndome partir.
Intento ver, por última vez, tu cuerpo empequeñecido por la distancia.
Estas inmóvil allí esperando que levante la mano para decirte adiós.
Parecés una nena perdida que espera a su mamá.
Guardo el calor de tu boca que ahora es más caliente por el llanto.
El guarda me pregunta a dónde voy.
Yo lo miró y le digo a ninguna parte, sin ella no hay a dónde ir.
3 comentarios:
Ah, pero si eras tu!!! Mi querida Graciela de los amiguitos peludos, te conozco del Facebook, verdad? Me gusta tu estilo, limpio y directo, como habría de esperarse, of course.
Tenemos algo en común, y no diré que a los dos no gustan las mujeres porque sería insultar tu inteligencia...creo que los dos amamos a Alejandra Pizarnik, y calculo que te llevas más que bien con Olga Orozco. Te dejo un abrazo fuerte y nos vemos pronto
Hermoso.
Me gusto mucho la idea de distancia en el espacio y en los sentimientos.
Muy bueno tu sitio, saludos!
Sos una escritora de la concha de la lora!!!!
Ann
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