sábado, enero 13, 2024

 

Abejas brotan del centro de las flores

Desprenden los aromas con sus alas

La siesta huele a florecitas sin nombre

La hierba abriga mi piel desnuda.

Tendida, mirando el cielo inmenso y silencioso

subo una mano para tocar una nube redonda,

mi otra mano alcanza  con prisa el pezón que señala al sol.

Se hunden mis dedos en la nube, que es como tu cuerpo,

Suave y mullido mundo de infinitas gotas.

Corto una una hoja y la saboreo con mi lengua

 imaginando que así saben tus labios.

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